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Medicinas: lo corto y lo ancho

Al declararse desierto el concurso de 62% de las claves de medicamentos y material de curación -la efectividad numérica fue 48%- se puede concluir que no fue exitoso el nuevo modelo de licitación que organizó la Secretaría de Salud a cargo de Jorge Alcocer y la SHCP de Carlos Urzúa.

Aunque dado que están vigentes los contratos concursados en noviembre de 2018 y se pueden asignaciones directas para cubrir los medicamentos faltantes, en principio no habría en 2019 escases de medicamentos en el sistema público de salud. Pero tras el accidentado concurso se presentan serias interrogantes para el concurso que inicia este martes de distribución y logística en 7 regiones del país ( al que sólo podrán acceder aquellas firmas que tengan almacenes en la Ciudad de México), y reorganizar eficazmente la licitación 2020 para surtir 22 mil farmacias del sector público y para las cuales ya no habrá reserva contratada previamente.

La lógica con que el equipo de Raquel Buenrostro planteó ese concurso partió de que: a) los medicamentos que se compran en México son elevados según los estudios de la UNOPS a cargo de Jagdish Koonjul; y b) el sobreprecio proviene de los distribuidores que controlaban a los laboratorios y así generar sobreprecios de hasta 35%. En virtud de ello se decidió licitar por separado cada una de las 3090 existentes en lugar de “paquetes de claves” como anteriormente sucedía, y desbaratar la cadena logística laboratorio-distribuidor.

Hasta el huesito

Esa lógica derivó en desgastar aún más la relación gobierno-empresas, al punto que Alfonso Romo tuvo que mediar entre las firmas agrupadas en Canifarma que preside Rodrigo Puga y Hacienda. Ciertamente el gobierno obtuvo un ahorro total de 1,385 millones de pesos, similar al último concurso consolidado organizado por Mikel Arriola en el IMSS… pero la cantidad de claves sin proveedor refleja que los precios de referencia del gobierno quedaron por debajo del precio de producción, que “llegaron al huesito” y que ningún particular quiso ganar un contrato público para perder dinero.

Sobre esa lógica de precios, en el próximo concurso de distribución, el gran reto es lograr ahorros y mantener la efectividad en tiempos con la creación de la “unidosis” para cada paciente y su entrega puntual. Vaya, sólo 10 empresas, entre ellas los “Tres Malditas” -Maypo de Jack Rodríguez, Fármacos Especializados de Francisco Pérez Fayad y DIMESA de Alejandro Álvarez– podrían ofrecer la cobertura sí el gobierno diseña acertadamente las rutas críticas para la logística.

Armenta, el terror

Otra papa caliente, salida del horno del senador morenista  Alejandro Armenta, llegó al escritorio de Carlos Salazar: en la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial hay seria preocupación por la iniciativa que hoy se discute en la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta que busca elevar a delito grave cualquier cosa que semeje evasión fiscal, con persecución por oficio, cárcel preventiva durante el proceso de investigación y hasta 30 años de encierro

Por debajo de la mesa

La presidenta de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos,Cecilia Bravo, parece traer doble juego: la ejecutiva de una organización opuesta a la licitación internacional en primera instancia de medicinas, proviene de la empresa Psicofarma que -según la página 154 del fallo del concurso que culminó el viernes- se asoció con la firma de la India, Sun Pharma que dirigeDilip Shanghui, para ofertar al sector público atorvastatina que se usa para reducir el colesterol.

mflores37@yahoo.es

@mfloresarellano

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